Bandas

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Una pieza que en muchos casos pasa desapercibida es la correa de la distribución, la encargada de transmitir el movimiento entre el cigüeñal y el árbol de levas; en definitiva, sincronizar el movimiento de las válvulas con respecto al de los pistones.

Como base cabe decir que no todos los vehículos montan una correa de distribución, ya que hay algunos que traen de fábrica la cadena de distribución, una pieza que cumple las mismas funciones. Sin embargo, hay algunas diferencias.

Antes de seguir leyendo es conveniente que cada usuario con vehículo propio conozca qué sistema utiliza su coche de cara a saber cuáles son los pros y los contras de cada alternativa.

Para ello, lo más sencillo es preguntar en un taller oficial de cada marca o consultar en el manual de usuario del vehículo porque lo más probable es que incluya información respecto al uso y mantenimiento de la correa de distribución.

¿Cuándo sustituir la correa de distribución del coche?

Casi se puede afirmar que cumplen la misma función. No influyen en el rendimiento mejor o peor del vehículo, pero representan diferencias en el terreno del mantenimiento.

Mientras la cadena de distribución no necesita mantenimiento, en todo caso una revisión temporal de la tensión de la misma -algunos coches incluso la hacen de manera automática-, la correa tiene una vida útil que oscila entre los 70.000 y los 120.000 kilómetros (algunos profesionales recomiendan un máximo de 90.000) en función de la marca, el modelo y el motor. 

Igualmente por lo anterior, hay motores diésel que podrían alcanzar los 180.000 kilómetros, aunque en muchos casos no conviene arriesgarse, ya que las consecuencias de una rotura suelen ser bastante severas. Su sustitución, no obstante, habrá que hacerla siempre siguiendo las órdenes del fabricante.

Pero no basta con hacerle caso sólo al cuentakilómetros, puesto que también hay que tener en cuenta que el material de la correa tiene fecha de caducidad. En la mayoría de ocasiones, los expertos en mecánica indican que es conveniente realizar el cambio de la bomba del agua al mismo tiempo que la correa de distribución y el tensor de la misma. Estos dos últimos detalles evitarán, nuevamente, el riesgo de rotura de la correa puesta recientemente.

En la actualidad se tiende generalmente a montar el árbol de levas en la culata (OHC, DOHC), por lo que el accionamiento de la distribución se hace con las citadas correas.

El material con el que se fabrican estas correas dentadas es el caucho sintético y fibra de vidrio (neopreno), cuya principal virtud es la flexibilidad para poder adaptarse a las poleas de arrastre sin alterar sus dimensiones.

La principal diferencia, o quizás deberíamos decir ventaja a favor de la correa de distribución, viene dada por el funcionamiento muy silencioso que ofrece. En ocasiones, la cadena de distribución hace más ruido al girar aunque si se le hace el mantenimiento adecuado no supondría prácticamente ninguna diferencia.

¿Cuánto cuesta reparar la correa de distribución?

A favor de las correas también se puede añadir que son ligeras, que no necesitan mantenimiento (no necesitan engrase como sí sucede con las cadenas) y que su cambio es mucho más sencillo.

En contra, es precisamente que ese cambio cuesta caro. No es nada económico realizar el reemplazo de la correa, aunque es inevitable no olvidar hacerlo por el bien de nuestro motor.

El coste de la sustitución de la correa de distribución puede oscilar entre unos 250 y 500 euros, en función del vehículo y del taller, aunque si supera esa cifra es conveniente realizar una comparativa de precios en otros talleres.

Cabe destacar que intentar estirar la vida de la correa de distribución implica demasiado riesgo para nuestro motor, puesto que la rotura casi con total seguridad acabaría afectando a la culata, una avería de las más conocidas entre los mecánicos y expertos del automóvil por su severidad con el motor. Además, se pueden producir daños en las válvulas, árbol de levas, pistones y podemos, incluso, gripar el motor.

Por ello, hay que tener claro un asunto, y es que la correa de distribución tiene una caducidad de cinco años. Independientemente de si se le da uso o no, cuando pase ese periodo de tiempo se recomienda su cambio puesto que el material con el que se ha construido, el cual citamos unas líneas más arriba, correrá el riesgo de degradarse con suma facilidad pasado este periodo de tiempo.

El orden de reparación dependería por tanto de las averías sufridas. Lo normal en caso de rotura de correa, es el contacto de los pistones y las levas, deteriorando la distribución, válvulas, guías y pistones, subiendo mucho el valor de reparación.